Resumiendo una sesión de peluquería canina

Resumiendo una sesión de peluquería canina

Cuando informamos sobre el tiempo que lleva hacer un perro, algunas personas se asombran que podamos tardar como mínimo hora y media.

La mayoría de las peluquerías caninas no son visibles al público, y las que lo son, el dueño no va a quedarse mirando en el cristal la hora y media o las 5 horas que pueda llegar a durar en el peor de los casos.

Además, a veces nos retrasamos y algunos dueños que vienen antes de tiempo nos piden “córtale un poco más las barbas” cuando en realidad ni siquiera hemos llegado a terminar de cepillar esa zona :D .

En este artículo queremos explicar en qué consiste una sesión de peluquería canina, para aclarar cómo lo hacemos y porqué hacemos lo que hacemos, y así evitar que nadie pueda sacar conclusiones de un profesional sólo con ver 15 minutos de una sesión de 2 horas y media.

Primero valoramos el estado del pelo y actuamos en función del arreglo que va a llevar: tijera, máquina o stripping.

– Si es un perro a máquina o tijera y no tiene el pelo muy largo, se les puede bañar directamente.
– Si tienen el pelo muy largo o enredado, se hace un precorte en sucio, dejando la menor cantidad posible de pelo y se cepillan los nudos hasta tenerlos casi deshechos. Algunos nudos se deshacen mejor después de aplicar acondicionadores en el baño.
– Si es un perro a stripping, primero se le realiza el arrancado en sucio, se hace un precorte de las zonas a máquina si tuviera.

Este proceso es una PREPARACIÓN y el perro se va FEO (mal arreglado) a la bañera. Un perro sucio nunca puede quedar bien pulido, además de que no podemos perder el tiempo en intentar pulir un pelo que, por su suciedad, no va a estar bien posicionado y siempre van a salir puntas. Por lo tanto, el arreglo que se le hace NO ES DEFINITIVO.

Cuando ya tenemos al perro preparado para el baño, dejamos la zona de corte bien limpia y procedemos al baño:

– Utilizamos una o dos enjabonadas básicas para quitar bien toda la suciedad.
– La última enjabonada se hace con un champú adecuado a la piel y al pelo del perro que estamos tratando.
– Aplicamos mascarillas y acondicionadores para la nutrición del pelo y facilitar el desenredado.

Cuando ya hemos aclarado y tenemos al perro listo para el secado, procedemos a eliminar el exceso de agua mediante toalla o expulsadores, dependiendo del perro.

– Si el perro trae mucho nudo, dejamos al perro un poco húmedo y le vamos desenredando mientras el secador le va secando poco a poco. Así el nudo sale más fácilmente.

Una vez quitados todos los nudos terminamos el secado cepillando a la vez para dejar el pelo lo más estirado posible.

En peluquería canina, al contrario que en humana, se corta el pelo en seco. Por eso necesitamos bañar y secar bien antes de acabar el arreglo.

Después del secado tenemos un perro con muchos trasquilones, puntas etc. Es normal, el pelo se ha estirado, está en su sitio y ahora toca repasar y rematar el arreglo:

– Si es un arreglo a tijera, se termina entero a tijera esculpiendo la forma deseada.
– Si es un arreglo a máquina, se vuelve a repetir el mismo proceso que en el precorte, solo que esta vez hay que pulir el arreglo. Las zonas de tijera se hacen poco a poco. Sólo tenemos dos manos y podemos trabajar de una en una pata. A algunos peluqueros les gusta empezar por la cabeza, a otros sin embargo, les gusta terminar lo último la cabeza. Es por eso que siempre se ve la cabeza despeinada y con el pelo largo cuando se está terminando de pulir las patas.
– Si es un arreglo a stripping se terminan de unir las zonas de stripping y máquina con tijera para que no queden escalones, las patas y la cara se arreglan y se pule el arreglo arrancando los pelitos que pudieran haber quedado.

Además de preparar el pelo, cortamos las uñas, limpiamos oídos, vaciamos las glándulas anales y les hacemos el arreglo higiénico en sus zonas genitales y almohadillas.

No se pueden sacar conclusiones sin ver el resultado final, ni mucho menos advertir a los dueños no volver a llevar a su perro a esa peluquería por los “trasquilones” que le ha dejado antes de bañar, porque

UN PERRO NO ESTÁ TERMINADO HASTA QUE NO SALE POR LA PUERTA DE LA PELUQUERÍA.

 

 
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