Úlceras oculares:
Suele ocurrir que después de la visita a la peluquería algunos perros comiencen a presentar lagrimeos e irritación de los ojos.
Inmediatamente acudimos a la consulta veterinaria y se le diagnostica una úlcera que, algunos veterinarios achacan al champú utilizado.
Pues bien, esto no es del todo cierto. Los champús no ulceran ni la piel ni los ojos de los perros, al igual que no ocurre con los champús que utilizamos cuando nos duchamos las personas. Lo que suele ocurrir es que nos escuezan un poco los ojos, que con un buen lavado con agua fría está solucionado.
En los perros, la aparición de esas úlceras puede ser por dos motivos:
1. El perro traía una pequeña úlcera que con el champú que haya podido entrar en los ojos ha resultado irritar más de lo normal y reabrirla.
2. El champú que ha entrado en los ojos pica, el perro se rasca, y con las uñas se ha producido una úlcera.
Para evitar que entre champú en los ojos lo que hacemos es echar el champú desde nuestras manos y no sobre la zona desde el bote de champú.
Si nos fuera imposible, tratamos de tapar los ojos o procuramos que no caiga en los ojos.
Y como último paso, entre o no entre champú, siempre, en el aclarado, echamos agua en los ojos para limpiar bien lo que haya podido entrar.
Otitis:
Para que el agua que penetre en un oído genere una otitis, debe ser mucha cantidad de agua. En humanos, cuando nos entra un poco de agua en la ducha o bajo el agua en una piscina o en el mar, rara vez nos genera una infección, puesto que nos resulta muy fácil secarnos ese agua que ha entrado.
En perros ocurre exactamente lo mismo. Para generar una otitis debería entrar tal cantidad de agua como si ducháramos todo el conducto auditivo. Cuando vienen perros con orejas erguidas, lo que se hace es bajarlas para evitar que entre agua. Si entrara, sería unas gotas de las que el perro se despejaría sacudiéndose inmediatamente.
Otro tema es si el perro es propenso genéticamente o si la otitis ya existía pero no se veía por la cantidad de pelo que impedía su transpiración.
Cortes:
Cortar a un perro con la máquina es un accidente poco común pero probable, sobretodo en perros muy anudados.
Hay que tener en cuenta que son animales, que no están quietos la mayoría de ellos, lo que nos hace muy complicado trabajar sobretodo ciertas zonas muy delicadas.
En perros anudados, es muy fácil que los dientes de la cuchilla tiren del nudo, y a su vez de la piel, ya que el nudo tensa la piel. Si lo juntamos con el mal momento de que el perro se mueva porque sienta dolor porque le tire un poquito del pelo, la piel puede entrar dentro de la cuchilla y cortar. Por eso es muy importante mantener el manto bien cepillado sin nudos, y si los hubiera, lo más alejados de la piel posible.
Lo mismo ocurre con los cortes por tijera. Son más frecuentas que los cortes con la máquina, pero igualmente no es algo normal que ocurra a diario. Influye mucho la experiencia y profesionalidad del peluquero y del comportamiento del perro.
Con esto quiero concienciar a todos los propietarios de que la peluquería canina no es una tortura donde salen los perros con cortes, úlceras oculares y otitis, producidos por negligencias. Son animales que se mueven, que nos hacen complicado el trabajo, pero precisamente pasar por nuestras manos es necesario para su higiene y salud.
Las manos y la vista del peluquero son muy importantes. Gracias a que miramos, observamos y tocamos cada centímetro de su cuerpo, podemos detectar a tiempo enfermedades que a simple vista el veterinario en una visita rutinaria no podría detectar.