En primer lugar, queremos aclarar que este artículo va dirigido a un porcentaje muy reducido de propietarios, que puede ser alreder del 5% de todos los propietarios de perros.
Aunque afortunadamente hemos avanzado mucho en la mentalidad en cuanto al cuidado de nuestras mascotas se refiere, desgraciadamente sigue habiendo gente con pensamientos primitivos que, viendo cómo tienen a sus perros, no nos podemos explicar cómo son capaces de tener a su perro en semejante estado de abandono doméstico, viviendo bajo su mismo techo, durmiendo en sus camas y subiéndose a sus sofás.
Los motivos por los que los perros vienen a la peluquería son muchos, desde motivos estéticos hasta tratamientos dermatológicos.
Cuando la piel y el pelo del perro están sanos y cuidados por sus dueños, acudir a la peluquería puede ser una necesidad secundaria cuando la economía familiar es determinante. Es decir, nosotros estamos para hacer lo que en casa no se puede ni sabe, como cortarles el pelo, realizar stripping, quitar el exceso de muda… Porque cepillar a diario no sólo es gratis, sino también una rutina necesaria y muy buena para asentar el vínculo con tu mascota y acostumbrarles al manejo que tendrán en la peluquería por nosotros, que somos desconocidos.
Si en casa no se tiene tiempo de brindarles los cuidados necesarios, sólo hay una opción: llevarles con asiduidad a la peluquería.
Es una necesidad mantener el pelo del perro en condiciones óptimas, y nosotros estamos para aconsejaros y ayudaros a mantenerlo en buenas condiciones.
Por supuesto que nosotros nos dedicamos a trabajar su pelo y piel, a cortarles el pelos, a peinarles, a quitarles los nudos que no podéis vosotros… Pero no tenemos una varita mágica para deshacer los nudos de meses de no cepillado. En estos casos, dependiendo de la gravedad de los nudos, puede haber una o dos opciones: rapar y acabar rápido, o cepillar y trabajar una larga sesión de varias horas. Por supuesto que un pelo en mal estado conlleva más tiempo de trabajo, por lo tanto su precio será incrementado así como tiempo haya llevado, como cualquier profesión de este planeta, porque a nadie le gusta trabajar gratis.
Pues queríamos escribir a raíz de la experiencia de compañeros de profesión. Los inicios de un negocio son siempre complicados, y más si le sumamos que para atraer clientela se hacen descuentos de los que los dueños más dejados con sus mascotas son los que más se aprovechan, van de oferta en oferta para que el peladito le salga lo más barato posible. Y cuando se les avisa de que por su perro va a ser más trabajo porque no está en condiciones óptimas, atentan contra su profesionalidad y negocio alegando que «pretenden que les lleves al perro limpio y peinado para ellos no hacerle nada y llevárselo muerto (el dinero)».
Quizás muchas personas no son tan maleducadas y simplemente por desconocimiento piensan igual, que para peinarles ya estamos los peluqueros, para eso nos los traen. No pasa nada, para eso estamos nosotros, para informar y aconsejar.
Pues bien, he aquí varios ejemplos, perrit@s que sus dueños nos traen a la peluquería recién cepillados, mantenidos durante meses en casa y vienen una vez al año, o vienen cada semana, o cada mes… Ell@s los cuidan maravillosamente bien en casa, y nos los traen para darles ese toque profesional que ell@s no pueden. Al igual que nosotros nos cuidamos el pelo a diario y vamos a la peluquería cuando nos queremos cortar las puntas, no vamos con nudos, rastas, ni piojos.
Lucir un manto sano y bonito depende sólo el 20% de los peluqueros, el 80% restante dependen de una buena alimentación, una buena salud, y buen mantenimiento en casa.
Keka viene cada 3 semanas sin un sólo nudo
Mini viene a la peluquería cada 4 meses sin apenas nudos
Thunder nos visita cada 3-4 semanas
Zuri y Popi nos visitan cada semana
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